Una buena ley no puede obligar a cuidar a quien te hizo daño

10.07.2025

En Chile, más de 11.000 adultos mayores han sido abandonados en hospitales en los últimos años. Muchos de ellos enfrentan su vejez sin redes de apoyo, con deterioro físico y mental, en condiciones de desnutrición, soledad y olvido. Las cifras duelen, pero más aún duele la normalización de esta realidad. Porque no es solo un dato: es un síntoma de cómo nos relacionamos con la vejez, con la familia y con el cuidado.

Hace algunas semanas, desde MenteSana impulsamos una campaña para poner este tema sobre la mesa. Le llamamos Ley Hijito Corazón, como un gesto simbólico que dialoga con otras demandas sociales que han tenido eco en el Congreso, como la Ley Papito Corazón. No se trata de castigar, sino de reconocer que el abandono parental en la vejez también es una forma de violencia. Y que el país debe hacerse cargo.

Con satisfacción vemos que esta iniciativa ha sido recogida por el Parlamento, especialmente por el diputado Juan Santana, quien lidera hoy la tramitación de una propuesta en esa línea. Valoramos profundamente que un tema invisibilizado comience a discutirse con seriedad y transversalidad.

Pero también sentimos la responsabilidad de advertir algo esencial: una buena ley no puede obligar a cuidar a quien te hizo daño.

Porque al levantar esta propuesta, hemos escuchado decenas de testimonios que complejizan el panorama. Hijos e hijas que fueron abandonados, violentados, humillados por sus padres. Personas que cortaron vínculos para poder sobrevivir y hoy, por primera vez en años, reciben una llamada... no para pedir perdón, sino para exigirles cuidados.

"Mi papá me pegaba con el cinturón hasta dejarme marcas. A los 14 me fui de la casa y nunca más volví. Hoy, a los 78, se acuerdan de mí solo para que lo cuide. Me parece injusto", nos dijo Marcela, 43 años, de Conchalí.

Este tipo de situaciones no pueden quedar al margen del debate legislativo. Una norma justa debe distinguir, no homogeneizar. Debe proteger a nuestros adultos mayores, sí, pero también evitar la revictimización de quienes han tenido infancias marcadas por el daño.

Desde MenteSana proponemos que la ley contemple mecanismos judiciales que permitan evaluar casos excepcionales, con criterios objetivos: denuncias previas por maltrato, abandono parental, intervención del SENAME, informes periciales. Y que el principio rector no sea la obligación ciega, sino la dignidad para todas las partes involucradas.

Seguiremos colaborando activamente para que esta ley nazca con justicia y humanidad. Ya hemos tomado contacto con el diputado Santana y esperamos reunirnos en los próximos días para aportar desde nuestra experiencia territorial.

Porque cuidar no puede ser sinónimo de someter. Y porque el abandono, en todas sus formas, merece una respuesta ética y política a la altura de su complejidad.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar